Se acercan momentos especiales, fechas que tenemos marcadas en rojo en nuestro calendario por muchos motivos. Y es que es la Navidad el momento en el que tenemos la oportunidad de volver a ver a esa gente de la que no podemos disfrutar a menudo y el momento en el que más apretada tenemos la agenda. Desde el mes de noviembre, empezamos a tener cenas de empresa, cenas de familia, cenas de amigos, cenas de antiguos compañeros de colegio o instituto… y claro, dejamos de lado alguno de los aspectos que tiene que formar parte de nuestra vida sí o sí: el cuidado de la salud, en especial de la dental.
Es evidente que esto supone problemas. Ni que decir tiene que no pasa nada por el hecho de que no nos cepillemos los dientes durante un día, pero está claro que, cuando llegan estas fechas, no es solo un día en el que nos descuidamos. Es alguno más y todo el mundo lo sabe. Cuando la realidad es esa es cuando debemos empezar a preocuparnos. Y es que no cabe la menor duda de que el ser humano es susceptible de descuidarse durante unos días más raros de lo habitual. Cuando nos sacan de la rutina, somos capaces de lo peor. Y claro, hay que tener mucho cuidado con esos momentos si se alargan en el tiempo.
Si tenemos en cuenta que, además, comemos más de la cuenta y lo que comemos son alimentos “menos sanos” que los que deberíamos, está claro que los riesgos aumentan. Sabemos que es difícil y fastidia un poco tener que estar pendientes continuamente de nuestra salud dental cuando nos encontramos de fiesta y cuando lo único que queremos es disfrutar de esos días libres y de esa gente con la que no tenemos la posibilidad de estar cada día, pero tampoco creemos que sea una molestia insalvable el hecho de invertir un par de minutos después de cada comida para cepillar nuestras piezas dentales. Hacedlo por vosotros y vosotras.
¡Y es que luego llegan los problemas! Problemas que salen a la luz al mismo tiempo en el que lo hacen los datos relacionados con la salud dental. Uno de los últimos datos de los que se disponen fue proporcionado por la página web Redacción Médica que indicaba, en marzo del año pasado, que 4 de los 34 millones de personas que tienen caries en España son niños. Esta noticia tiene dos análisis. El primero viene a decir que tres cuartas partes de nuestra población padece caries. El segundo, que una barbaridad de niños no han evitado este problema tampoco. Es una pena que así sea, qué os vamos a decir. Y es que esta situación sería evitable completamente solo con que tuviéramos el hábito de cepillarnos los dientes después de las comidas.
Una necesidad imperiosa
Podríamos catalogar así la necesidad que existe de que mostremos un mayor interés por el estado de nuestros dientes en España. Es evidente que nuestra salud depende en buena medida de ello porque, como ya os hemos dicho en otras ocasiones, la salud dental es la que puede provocar un mal estado de salud en otras facetas puesto que causa dolores de cabeza o incluso en el oído. Y ya sabemos lo molesto que eso puede resultar. La solución la tenemos al alcance de nuestra mano y, además de cepillarnos los dientes, consiste en acudir a nuestro dentista al menos una vez cada año.
Con la llegada de la Navidad, los problemas en nuestra boca se recrudecen. Es posible que alguna de las personas que os encontréis leyendo estas líneas hayáis empezado a notar algún problema de índole dental en fechas tan señaladas como esas. O que notéis que algún problema que ya existía de antemano se ha convertido en algo más grande. Es triste que nuestra preocupación vaya en aumento en fechas como esas, en las que todo debería ser alegría y sonrisas. Pero la vida es así, especialmente si hemos descuidado de manera reiterada nuestra salud dental, que como cualquier otra, se degrada si no se cuida.
La Navidad es una fecha feliz, pero peligrosa si tenemos en cuenta nuestra salud dental. Existe la necesidad de que, a pesar de que el principal objetivo en estas fechas es que disfrutemos de nuestra gente, mantengamos un cierto cuidado de nuestra boca y de su salud dental. Desde CKA Grupo Dental saben que es después de Navidad cuando más nos preocupamos por nuestra salud dental. Y eso se debe a que esta nos ha dado un aviso durante los últimos días del año. Por lo tanto, no perder en la medida de lo posible ningún hábito que tenga que ver con esta materia es imprescindible.
No todos los datos de los que disponemos últimamente son malos
Hay que ver también la cara buena de esta cuestión y es el hecho de que estamos mejorando en conciencia y en cuidados dentro del campo dedicado a la salud dental. Así lo puso de manifiesto el portal web El Dentista Moderno al publicar una noticia en la que dejaba claro que España había encabezado el ranking europeo en mejora de salud bucodental durante la pandemia, un registro muy positivo y que tiene que marcar un antes y un después en un asunto de tanta importancia como este. Ojalá que solo sea el principio de un crecimiento sostenido y prolongado en el tiempo.
La pregunta que nos hacemos llegados a ese punto es si después de la pandemia no habrán vuelto a empeorar las cosas. Todos y todas hemos ido viendo, porque así ha ido ocurriendo a nuestro alrededor, que los españoles y las españolas hemos salido mucho más desde la pandemia, principalmente para recuperar el tiempo perdido durante esos momentos de confinamiento y de restricciones, algo que nos generó una cantidad de problemas muy grande en relación a la cancelación de planes. Está claro que todos y todas tenemos el derecho de recuperar ese tiempo que se nos esfumó de entre los dedos entre los años 2020 y 2021, pero eso no quiere decir que tengamos que dejar de lado nuestra salud dental.
Cuidar de nuestra boca es algo que no podemos olvidar en ninguna circunstancia y que debe formar parte de nuestra vida con independencia de la fecha que diga el calendario que es. Y es que no tener en consideración todo lo que nos hace falta en esa materia implica que vayamos a tener problemas más antes que después, os lo podemos asegurar. Sobrepasarnos con las comidas es algo que podemos hacer, por supuesto, pero nunca debemos olvidarnos de que, cuando esto es así, lo que necesitamos es redoblar todos los esfuerzos que podamos hacer en materia de seguridad para nuestra boca. Si lo hacemos, no vamos a tener ningún problema.
Especial atención a los niños y niñas, por favor
El periodo navideño también es especial para los niños y niñas, que son quienes viven con mayor ilusión la llegada del fin de año. Además, es un público que suele cambiar sus hábitos en el consumo de alimento durante estas semanas, produciéndose por tanto la necesidad de mantener un control más exhaustivo del cepillado diario de los dientes. El consumo de turrón, de chocolate o de otros alimentos dulces tiene que venir acompañado de ese control para que, cuando llegue el mes de enero, no tengamos que pagar con una cita en el dentista nuestros excesos durante la Navidad, una situación que se ha producido de manera repetida en España a lo largo de las últimas décadas.
Como padres, madres o familiares, debemos encargarnos de velar por estas pequeñas cosas que deben hacer de la vida de nuestros peques algo mejor. Ni que decir tiene que ellos y ellas tienen demasiada emoción en el cuerpo con las vacaciones, con los regalos de Reyes o de Papá Noel… y que muchas veces no se dan cuenta de que deben cumplir con ese requisito habitual que es cuidar de sus dientes durante el día a día. Y tampoco son conscientes de que ese consumo fuera del habitual de turrón o de dulces navideños puede generarles un problema si la salud dental no se cumple en la medida de lo que debería.
Ojalá que, entre todos y todas, tengamos la capacidad de conseguir cuidar de nuestra salud dental y la de nuestros peques durante la Navidad. Este es un momento muy bonito del año y la verdad es que sería una verdadera pena que tuviera unas consecuencias demasiado negativas para la salud dental. Debemos hacer todo lo posible por evitar eso, y la suerte que tenemos en lo relativo a este asunto es que es bastante fácil conseguirlo. Basta con unos minutos cada día para cepillar los dientes y con una visita al dentista una vez al año para corroborar que todo esté en las mejores condiciones o, en caso de que no sea así, tomar las medidas necesarias para potenciar la prevención de las siempre dañinas enfermedades bucales.