Trabajar con la indumentaria adecuada

Ir a trabajar a una sala de exposiciones con chándal no es apropiado; tampoco es lo más conveniente ir al trabajo en traje de noche si te dedicas al deporte. A la hora de cumplir con las obligaciones laborales, resulta esencial disponer del atuendo adecuado. En muchos empleos, la uniformidad no tiene cabida, ni requiere de disponer de un vestuario adecuado. Sin embargo, en una inmensa mayoría de trabajos, el vestuario es algo de máxima importancia.

Trabajar en una cámara frigorífica, requiere de una ropa laboral adecuada para evitar el frio en la medida de lo posible. Por el contrario, si trabajas a pleno sol, lo que corresponde es una ropa más ligera pero que te proteja de las radiaciones. En cuestiones de vestuario, no podemos olvidar los EPI correspondientes. Cada sector, tiene sus propias necesidades de uniformidad y vestuario, existiendo grandes y notables diferencias entre unos y otros. En tanto que algunos sectores comparten el mismo tipo de ropa de trabajo, otros cuentan con mayor exclusividad.

Sea como fuere, gestionar la ropa laboral es tan importante como disponer de ella. De ahí que hayan surgido numerosas empresas que se encargan de gestionar todo lo relativo a la ropa de trabajo de las empresas, para que estas, no tengan que hacer mayor esfuerzo que contactar con ellas. Con la finalidad de conocer más de cerca este servicio y la importancia del mismo, hemos entrado en Clat Gestión de Ropa Laboral, una lavandería industrial que se ocupa de gestionar todo lo relativo a la ropa de trabajo.

Hacer un uso adecuado de la ropa de trabajo, supone en muchos casos, mejorar la seguridad de los empleados. Razón por la cual resulta tan evidente como fundamental, utilizar las prendas adecuadas para cada función y mantenerlas en perfectas condiciones. Algunas de estas prendas, pueden requerir un tratamiento especial en su lavado, sobre todo en algunas industrias como la alimentaría y la sanidad.

La importancia del vestuario laboral

En algunos gremios y sectores, la uniformidad pasa por ir a la moda. Aunque sea a la moda de la ropa laboral. Existen empleos en los que es obligado trabajar con un traje de chaqueta. En otros, lo obligatorio es la bata o el pijama; y en algunos la ropa de faena como se la conoce vulgarmente. En cualquier caso, la ropa de trabajo representa a las empresas y a los empleados y supone beneficios a todos los niveles. Por un lado, al llevar el uniforme correspondiente, los trabajadores crean un vínculo con la empresa. Por otro, es muchas ocasiones, esta uniformidad supone un aporte de seguridad y protección para los mismos, lo que evita y previene muchos tipos de accidente laboral.

Como ya hemos comentado, son numerosas las profesiones en las que la uniformidad no se relaciona con la protección o prevención de accidentes. Es el caso de oficinistas, dependientes o camareros que pueden lucir con orgullo un uniforme que, además, este a la moda. En otras profesiones, existe una obligatoriedad y deben cumplirse una serie de requisitos a la hora de vestir. La finalidad de esta obligatoriedad no es otra que garantizar la integridad física y la seguridad de los trabajadores. Un ejemplo puede ser la ropa de los policías, bomberos, sanitarios, industria química o alimentaria, etc. Estos sectores, requieren de un vestuario adecuado y adaptado a las circunstancias.

Un aspecto que hay que deben tener en cuenta los empleados que utilizan uniforme de trabajo es que, aunque la ropa debe ser facilitada por la empresa, es responsabilidad del trabajador mantenerla en buenas condiciones. Sobre todo cuando es necesario utilizar los equipos de protección individual (EPI). Cuidad de la ropa laboral, permite alargar su vida útil y mejora la seguridad de los trabajadores, al tiempo que mantiene y mejora la imagen de la empresa. Sin olvidar que minimiza el riesgo de accidente y aumenta la prevención en muchos de los puestos de trabajo.

Obviamente, hacer un uso adecuado de la ropa laboral es esencial para que cumpla su cometido a la hora de evitar los temidos accidentes de trabajo. Razón por la que hay que considerar una serie de cuestiones que no deben dejarse pasar. Por ejemplo utilizar la ropa de trabajo adecuada y de la talla correspondiente. De poco sirve ponerse un zapato de seguridad si es más grande o pequeño. La ropa de trabajo debe ajustarse al cuerpo, no debe ser ceñida, puesto que limita la movilidad de los trabajadores; tampoco debe ser demasiado holgada ya que puede engancharse en cualquier lado y generar roturas en el tejido o incluso accidentes.

Resulta igual de importante tener presente que para cada desempeño, se requieren de unos materiales y vestimenta adecuada. No deben sustituirse unos equipos concretos por otros similares, puesto que la fabricación de los mismos, puede ser específica para trabajar en una actividad concreta. Como ejemplo citaremos los guantes utilizados por los electricistas y los que utilizan los trabajadores de un laboratorio químico o los bomberos para extinguir un incendio. Son lo mismo, tienen la misma función, pero su confección y materiales son totalmente diferentes. Utilizar el guante de un electricista para tratar con líquidos y elementos corrosivos puede no ser buena idea.

Por lo tanto, la ropa de trabajo debe mantenerse siempre en buen estado para que ofrezca un rendimiento máximo. Lograr este mantenimiento no es difícil, basta con realizar una limpieza adecuada en función de las instrucciones que define el fabricante. En el caso de que una prenda se deteriore o rompa, conviene repararla o cambiarla para evitar consecuencias nefastas durante el trabajo. En este sentido, contar con un servicio de lavandería industrial que se encargue de la gestión de la ropa laboral, es una de las mejores opciones para las empresas.

Tipos de ropa de trabajo en función del riesgo laboral

Puesto que venimos hablando de las diferencias entre una ropa de trabajo y otra, no podemos pasar por alto las diferentes indumentarias que se pueden encontrar en función del riesgo laboral al que se exponen los empleados. Dentro del vestuario de trabajo, existen diversos tipos de protección que, en cualquier caso, deben cumplir con una serie de requisitos particulares para garantizar la seguridad de los profesionales. A razón de su uso, existen categorías específicas sobre las que vamos a hablar a continuación.

De tal manera que, podemos encontrar ropa de protección al calor que se compone de prendas fabricadas con tejidos y materiales resistentes a las llamas, al calor y salpicaduras de materiales como el hierro fundido. Este tipo de vestuario evita la propagación del fuego por el mismo.

Por otro lado, es posible disponer de ropa diseñada específicamente para proteger del frio. Su función principal es mantener una temperatura corporal óptima del trabajador, por lo que deben ser impermeables, térmicas y transpirables.

En la industria química, existe un vestuario igualmente diseñado para evitar los riesgos derivados de la exposición a los productos químicos. Este tipo de productos de carácter químico y biológico, puede ser muy perjudicial para la salud y generar daños graves e importantes. Las prendas que componen este tipo de vestuario, evitan el contacto directo con este tipo de elementos, su filtración y son altamente resistentes a su acción.

La ropa de alta visibilidad está diseñada para mejorar la visibilidad de estos trabajadores cuando sea necesario. Es muy habitual ver este tipo de prendas en trabajadores de la construcción, por citar un ejemplo, donde la superficie incorpora elementos reflectantes y materiales fluorescentes.

Dada la gravedad que supone una descarga eléctrica, existe para los trabajadores que se codean con la alta tensión, ropa de protección para posibles riesgos eléctricos. Este vestuario está diseñado y fabricado para proteger de las descargas eléctricas, además de tratarse de prendas con propiedades antiestáticas.

Para otros sectores, existe ropa de protección ante riesgos mecánicos. En este caso, se trata de ropa resistente a todo tipo de cortes, pinchazos, rozaduras o cualquier tipo de daño. Protege el cuerpo de estos accidentes y facilita la movilidad en ciertos trabajos sin sufrir riesgos innecesarios.

A todos estos tipos de uniformidad y vestuario, suelen acompañarles sus correspondientes EPI. Estos elementos deben, igualmente, ser limpiados y cuidados de forma adecuada para que cumplan su función.

Antes de concluir, debemos señalar que, si bien estos tipos de ropa de trabajo deben estar siempre a punto y cuidarse de manera que se prolongue su vida útil, también existe uniformidad en otros sectores que no entrañan riesgo. Igualmente, este tipo de vestuario debe regirse por unas normas y cumplir con los requisitos que proponga la empresa en cuestión.

En algunos sectores, como adelantábamos al principio, es obligatorio utilizar traje de chaqueta. En ocasiones este traje lo proporciona la empresa, aunque es posible que tenga que ponerlo el trabajador. Por otro lado, otro claro ejemplo de lo que supone la uniformidad para las grandes empresas, lo encontramos en las grandes cadenas de supermercados o multinacionales que visten a sus empleados de acuerdo a los colores y valores de la empresa. Lo bueno de la ropa laboral en la actualidad es que han mejorado notablemente sus diseños, son unisex y cómodos. No como sucedía hasta hace unos años que se trataba en gran medida de ropa incomoda y, generalmente, poco vistosa.

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