Las personas encamadas necesitan unos cuidados especiales para proteger su salud

Muchos de nosotros conocemos a alguien o tenemos un familiar que, por una u otra razón, se ha visto obligado a pasar el resto de su vida en una cama. Esta circunstancia a la que ninguno de nosotros queremos llegar puede deberse a enfermedades degenerativas, accidentes o cualquier otra circunstancia que impida la movilidad. Así, mientras haya esperanza debemos intentar salir a la calle con las personas, intentar que hagan vida normal, aunque vayan o las tengamos que llevar en una silla de ruedas y es que muchas veces en cuanto pierden el hábito y se quedan en cama, ya no se levantan más.

Por ello os pedimos encarecidamente que evitéis o que tratéis de retrasar este momento al máximo y es que realmente es duro ver a un familiar o a un ser querido en cama. Sin embargo, cuando esto ocurre no debemos de bajar los brazos y debemos intentar que esa persona tampoco los baje y, para ello, algunos cuidados especiales son vitales para proteger su salud. Así, algunos de esos cuidados más importantes pasan por:

  • A fin de poder cuidar correctamente a una persona en cama se ha de explicar, tanto al paciente como a la persona encargada de cuidarle, las razones de la permanencia en la cama. Esto se debe a que el hecho de poder conocer estas razones ayudará a respetar esta situación y a tratarla con las precauciones necesarias, oportunas y adecuadas, para no perjudicar en ningún momento la salud del convaleciente, ni el tratamiento y reposo que este haya de seguir por prescripción médica.
  • De forma habitual se debe colocar a la persona en la alineación más adecuada y correcta para su cuerpo y, por lo tanto, en aquella que resulte más sana para el paciente. Esto es lo que se denomina higiene postural. Con ello se evitan problemas de espalda y de columna, cervicalitis, escaras en la piel, llagas diversas, y otras secuelas indeseables de las malas o excesivamente prolongadas posiciones.
  • Emplear determinados dispositivos de protección del paciente en la cama. Barras y elementos de sujeción para evitar caídas, toalla para evitar la formación de llagas o escaras, etc. Estos dispositivos de apoyo son clave para preservar la salud de la persona encamada. En este sentido, dado que el coste de este tipo de elementos suele ser realmente alto, nosotros os recomendamos que os paséis por Cuidaria, puesto que ellos os ofrecen camas, grúas, sobrecolchones… y otros elementos que, a bien seguro, os resultarán más que útiles para el bienestar de la persona encamada.
  • La persona que permanece mucho tiempo en el lecho tiende a sufrir llagas, tal y como os hemos mencionado. Por ello, en función del estado dermatológico de la persona afectada, será preciso movilizarla y, en este sentido, es preciso vigilar con regularidad cómo se halla la piel de la persona encamada. Esto es debido a que mantener durante largo tiempo una misma postura es perjudicial para la salud, tanto de la piel como de los músculos, huesos y articulaciones, además de ser dañino para la circulación sanguínea y el sistema cardiovascular. Además, el cuidado de la circulación del convaleciente es crucial en los cuidados de un paciente encamado.
  • La ropa de cama se ha de mantener siempre seca, limpia y libre de dobleces y arrugas que resultan incómodas e incluso irritantes para el paciente.
  • Es indispensable enseñar al paciente determinados ejercicios físicos para practicarlos en la cama, ya que de esta forma puede evitar la atrofia muscular, la pérdida de masa corporal, y los problemas de circulación de la sangre, entre otras secuelas dañinas de la inmovilidad corporal en cama.
  • En lo que respecta a la alimentación, lo cierto es que es importante proporcionarles los nutrientes necesarios y una dieta variada y saludable, incluyendo 1,5-2 litros de agua al día.

Mantener aseadas a las personas encamadas es una de las tareas más importantes

Además de todas las cuestiones que os hemos ido planteando a lo largo de esta publicación, lo cierto es que no podía faltar la que, sin duda alguna, es una de las tareas más importantes y no es otra que la persona en cama debe ser aseada diariamente, de forma tal que se evite mojar o humedecer la cama. Esto se debe, entre otras cuestiones, a que la higiene y aseo diarios son fundamentales, ya que, además de contribuir a la salud física, son beneficiosos para la autoestima y la salud psíquica de la persona encamada. Así, por estos motivos, en el aseo e higiene debemos tener en cuenta una serie de pautas que debemos de realizar correctamente y que pasan por:

  • Realizar el aseo de la persona encamada por zonas y con agua tibia.
  • Examinar la piel con detenimiento buscando principios de úlceras y por ello nos debemos centrar en todo tipo de rojeces, ampollas, erosiones…
  • Lavar el pelo de la persona una o dos veces por semana mínimo.
  • Secar muy bien los pliegues de la piel, en especial los pies y oídos para evitar posibles problemas derivados de que partes de su cuerpo queden húmedas tras el aseo.
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