La seguridad laboral es uno de los aspectos en los que más ha cambiado la sociedad en los últimos años. Hace unas décadas, brillaba, al menos en España, por su inexistencia. Y, claro, se sucedían las desgracias para un montón de familias. Afortunadamente, la legislación obliga ahora a las empresas que pongan todos los medios para garantizar la seguridad de los empleados y el sector público se encarga, a través de sus inspectores, de que todo cumpla con la normativa vigente. Eso le ha salvado la vida a miles de personas en nuestro país solamente en las últimas décadas.
Hay sectores de actividad en los que, a causa de sus características, los accidentes laborales han sido más comunes que en otros. Uno de los que más problemas ha tenido en este sentido ha sido el de la construcción. Y también ha sufrido bastante la actividad que es protagonista de este párrafo: la metalurgia. Desde luego, se trata de un trabajo que entraña sus riesgos y, por ende, ha tenido que ir añadiendo una serie de mejoras para la seguridad de las personas que a él se dedican. Y los resultados han sido muy positivos.
Sin duda, esta actividad es importante de la economía de este país. Hemos querido argumentarlo a través de una información que fue publicada en la página web de Statista. En 2017, la fabricación de metalurgia, hierro, acero y ferroaleaciones era realizada por 59.000 personas en todo el territorio nacional. Ese número, en otros tiempos, fue bastante superior. Sin embargo, ya os podéis imaginar que hablamos de 59.000 personas que, cada día, se exponen a un montón de riesgos y a las que hay que proteger sobre todas las cosas. Ni que decir tiene que esta es la obligación de las empresas.
Hay muchas vías a través de las cuales se tienen que proteger a los trabajadores y trabajadoras de la industria del metal. Darles todo el material que sea necesario para evitar que entren en contacto con las altas temperaturas de los hornos es clave. Pero la prevención también juega un importante papel en todo lo que venimos comentando. Y es que ser capaces de saber y controlar la temperatura de un horno en entornos como este es clave para evitar desgracias. Los profesionales de Ibertronix, expertos en cámaras termográficas, nos han indicado que las empresas de la metalurgia española han aumentado notablemente su inversión en sistemas termográficos en la última década con el fin de disponer de toda la información disponible acerca de la temperatura de sus hornos.
Sin duda, hablamos de una buena noticia que también está haciendo posible que crezca la seguridad en un entorno como este. Y eso ha sido siempre muy necesario. En este tipo de trabajos ha habido personas fallecidas y también personas que han terminado con un alto grado de invalidez a causa de algún accidente laboral que, de otro modo, podía haberse evitado. Es hora de que esas historias acaben y que todo el mundo pueda desempeñar su función en este campo sin tantas complicaciones.
La seguridad laboral no es algo estanco
Hay que tener claro que, en el ámbito de la seguridad en el trabajo, hay que progresar de una manera continuada en el tiempo. Hoy, podemos ser la empresa pionera en ese sentido, pero mañana la gente de la competencia puede innovar y apostar por nuevos sistemas de protección por los cuales nos superen por la derecha. Es misión de las empresas garantizar esa seguridad incluso por encima de los parámetros que marca la Ley. Sin duda, eso irá en beneficio de sus propios intereses.
Esta es una de las cosas que pueden hacer sentir más orgullosos a los trabajadores y los responsables de una empresa. Ser pionero en la seguridad laboral es un reconocimiento que no suele tenerse demasiado en cuenta pero que, desde luego, es motivo de un gran orgullo. Todos los negocios deberían pelear por conseguirlo y, en un entorno como el de la metalurgia, dada su historia, con más razón. Debería ser un motivo de competencia más entre las empresas del sector. Sería una noticia estupenda para todas las personas que se dedican a una labor como esta.
Ojalá que sigamos por el camino de la mejora. Seguro que eso nos va a proporcionar buenas noticias y va a terminar con el sambenito que tiene un sector como la metalurgia por culpa de la peligrosidad que entraña. La protección de los trabajadores ha de ser vista como una inversión, no como un gasto. Y nos puede proporcionar una estabilidad que de otra manera sería bastante complicada de conseguir. Hay que trabajar para ello y, como hemos visto a lo largo de estas líneas, ya estamos en esa línea. Que no decaiga nunca esa tendencia.