A la hora de reformar el vallado de un terreno, uno de los aspectos más importantes a considerar es el tipo de cierre que se va a utilizar. En este sentido, los cierres de malla ofrecen una solución eficiente y económica para delimitar una propiedad, y existen diferentes tipos de mallas y sistemas de cierre que se adaptan a las necesidades de cada terreno y las exigencias estéticas o de seguridad de los propietarios. Cada tipo de malla tiene características específicas que lo hacen adecuado para distintos usos, y la elección depende de factores como la ubicación del terreno, el presupuesto, el propósito del vallado, y las condiciones climáticas.
Uno de los tipos de malla más comunes es la malla electrosoldada, que está compuesta por alambres de acero que se cruzan y se sueldan eléctricamente en sus puntos de intersección. Este tipo de malla es muy resistente y duradero, lo que la convierte en una opción ideal para terrenos que requieren una barrera sólida y de alta seguridad. Además, la malla electrosoldada suele tener un acabado galvanizado que la protege de la corrosión, lo que la hace adecuada para áreas expuestas a condiciones climáticas adversas, como la lluvia o la humedad. Su instalación suele ser sencilla, y se puede adaptar fácilmente a distintos tipos de terrenos y configuraciones de vallado.
Otro tipo de malla comúnmente utilizado es la malla de triple torsión, fabricada con alambres de acero que se retuercen en forma de espiral, creando una estructura más flexible que permite su adaptación a terrenos irregulares. En este sentido, para conocer un poco mejor este producto, hemos preguntado a Spadico y ellos nos han contado que este tipo de malla es muy resistente a la tracción, lo que la hace ideal para vallas que deben soportar la presión de animales o impactos, como en el caso de terrenos rurales o fincas ganaderas. La malla de triple torsión también es conocida por su flexibilidad y su capacidad para resistir el viento sin deformarse, lo que la convierte en una opción popular en áreas donde se producen vientos fuertes o tormentas. Además, su diseño en espiral tiene un aspecto distintivo que puede ser atractivo en algunos contextos, ya que crea una línea visual interesante.
Para quienes buscan una solución más estética, la malla decorativa de acero inoxidable o recubierta es una opción excelente. Este tipo de malla tiene un diseño más elegante y moderno, lo que la convierte en una opción popular en entornos urbanos o residenciales donde la apariencia es un factor importante. Las mallas decorativas suelen tener una estructura más fina y sofisticada, pero no por ello carecen de resistencia. El acero inoxidable, al ser un material altamente resistente a la corrosión, garantiza una vida útil prolongada y una apariencia que se mantiene impecable incluso con el paso del tiempo. Este tipo de malla es ideal para cercar jardines, patios o áreas comunes de viviendas.
En el caso de la seguridad, algunas personas optan por mallas con características adicionales, como la malla de alta seguridad con alambre de púas o malla concertina, diseñada para prevenir el acceso no deseado. Este tipo de malla se utiliza en terrenos que requieren una protección adicional, como en propiedades cercanas a zonas de alto riesgo o en instalaciones industriales. La malla concertina se caracteriza por su estructura de alambre enrollado con picos afilados, lo que la convierte en una barrera difícil de atravesar y ofrece una defensa eficiente contra intrusos.
Y en cuanto al sistema de cierre de la malla, existen diferentes opciones que permiten una instalación rápida y eficiente. Entre las más utilizadas están los postes de acero o galvanizados que se instalan a intervalos regulares para mantener la malla tensada y firme. Los postes pueden ser de diferentes formas y tamaños, dependiendo de la malla elegida y de las necesidades específicas de la propiedad. Además, los sistemas de cierre pueden incluir tensores, abrazaderas y cables para asegurar que la malla se mantenga estirada y en su lugar durante años.
¿Qué otros tipos de cierres residenciales son comunes?
Además de los cierres de malla, existen otros tipos de cercados o vallados residenciales que se utilizan para delimitar propiedades. La elección del tipo de cierre depende de las necesidades específicas del propietario, como la seguridad, la privacidad, la estética y el mantenimiento requerido. Si bien, algunos de los tipos de cerramientos más comunes para viviendas son:
- Cerca de madera: es una opción tradicional y muy popular en áreas residenciales debido a su estética cálida y natural. Suele ofrecer un buen nivel de privacidad, dependiendo del diseño de las tablas o listones utilizados. Se pueden encontrar cercas de madera en diversas variaciones, como las de listones verticales o horizontales, y en estilos como la cerca de «ladrillo» o «panel» para dar un toque rústico o más moderno. Las cercas de madera requieren un mantenimiento regular, como tratamientos para evitar que se deterioren por la exposición al sol, la lluvia o la humedad, así como la aplicación de selladores o pinturas protectoras para garantizar su durabilidad.
- Cerca de piedra (mampostería): son una opción que combina durabilidad, seguridad y estética. Este tipo de cierre puede ser una pared de piedra tradicional o una estructura de piedra que se construye con ladrillos, piedras o mampostería de otros tipos. A menudo se utiliza en áreas donde se desea una barrera sólida y robusta, además de un toque de elegancia. Las cercas de piedra son altamente resistentes y duraderas, pero su instalación es más costosa y requiere mayor tiempo y mano de obra, lo que las hace una opción más costosa.