Los alérgenos y las intolerancias alimentarias, algo más habitual de lo que creemos

Cada vez somos más las personas que conocemos a alguien que sufre cada vez que tenemos que salir a comer fuera y es que en casa todo es mucho más fácil, ya que cada uno cocina lo que sabe que puede comer, sin embargo, a la hora de comer fuera, no todo es tan fácil como parece. Sin embargo, todas estas personas que os decimos que tienen fácil comer en sus casas, lo cierto es que en lo que respecta al supermercado esto no es así, ya que en muchas ocasiones no están bien visibles los componentes que completan un producto determinado.

Y es que, tal y como os decimos, esto supone un gran problema para mucha gente que tiene que controlar los alérgenos o las intolerancias alimentarias para poder llevar una vida sana. Si bien es cierto que en los últimos tiempos todo esto se ha ido democratizando y cada vez más restaurantes y más supermercados cuentan con productos para estos ciudadanos, lo cierto es que en función de donde vivamos es más o menos fácil encontrarlos.

Es por todo ello por lo que a lo largo de este post queremos arrojar algo de luz a la ciudadanía para que conozca de primera mano que es una alergia alimentaria y una intolerancia alimentaria y así intentar poner un poco más fácil la vida a la gente que, por uno u otro motivo, sufre en su día a día estos problemas.

La alergia a alimentos es una respuesta inmune inadecuada a un componente del alimento (casi siempre una proteína), que se produce cuando una persona reacciona al contacto, ingestión o inhalación de un alimento, y provoca una respuesta clínica anormal en determinados individuos sensibles. Pero, ¿cómo se manifiesta la alergia a alimentos? Los síntomas suelen aparecer entre los primeros minutos y las pocas horas tras haber entrado en contacto con el alimento. Las manifestaciones clínicas pueden ser muy variables, desde un leve picor en la boca, que desaparece espontáneamente, a cuadros graves que precisan atención hospitalaria. Pueden afectar a varios órganos:

  • Síntomas cutáneos: los más frecuentes y, afortunadamente, los menos graves, aunque pueden ser los más llamativos. Puede aparecer urticaria y enrojecimiento local (bien sea por contacto directo con el alimento o por besos, etc. de personas que lo hayan consumido) o generalizado de la piel. Edema (hinchazón de labios y párpados o lugar de contacto). La dermatitis atópica es un síntoma difícil de evaluar ya que no es inmediato, pero sí se puede ver mejoría al retirar el alérgeno causante.
  • Síntomas gastrointestinales: náuseas, dolor abdominal, vómitos y/o diarrea.
  • Síntomas respiratorios: es el síntoma más frecuente, estornudo, lagrimeo y picor ocular, etc.
  • Anafilaxia: es una afectación multisistémica (dos o más de los síntomas anteriores). Puede evolucionar a choque anafiláctico cuando existe también afectación hemodinámica (bajada de tensión, arritmia, desfallecimiento, colapso vascular). Este cuadro requiere atención urgente inmediata y supone un riesgo de muerte.

Por su parte, una intolerancia alimentaria es una reacción adversa a un alimento en el que, a diferencia de la alergia, no se ve involucrado el sistema inmunológico y generalmente no ponen en riesgo la vida de la persona, pero sí puede afectar su salud de forma crónica. El organismo no puede asimilar correctamente un alimento o uno de sus componentes. Los síntomas son digestivos: náuseas, diarrea y dolor abdominal, el individuo con intolerancia a algún componente, puede consumir pequeñas cantidades del alimento o del componente alimenticio, sin que se den síntomas. En este sentido, cada vez son más los restaurantes o empresas de restauración los que preguntan a sus clientes acerca de las alergias o intolerancias que estos tienen y es que, como es lógico ninguno de los empresarios quiere manchar su imagen porque sus clientes coman algo en mal estado o que les afecta. Así, las franquicias alimentarias más conocidas ya anuncian sus alérgenos en la carta, del mismo modo que La Frolita pregunta sus clientes cuales son sus intolerancias o alergias u otras empresas como Mercadona ofrecen decenas de productos sin gluten para sus clientes.

Diferencias entre alergia e intolerancia alimentaria

Las alergias e intolerancias alimentarias son reacciones adversas a los alimentos, atribuibles a la ingesta, el contacto o la inhalación de un alimento, o alguno de sus componentes. Por ello, no se debe confundir la alergia alimentaria con la intolerancia a los alimentos, como la intolerancia a la lactosa, en la que no interviene el sistema inmune.

La alergia alimentaria se caracteriza por una reacción que se produce de forma muy clara, definida y tipificada (a los pocos minutos del contacto o en versión retardada, a las pocas horas), mientras que en la intolerancia alimentaria el proceso de rechazo a un alimento se produce de forma más lenta y “discreta”. Mientras que las personas que tienen alergias alimentarias necesitan eliminar de su dieta el alimento causante, las personas que sufren intolerancia pueden consumir pequeñas cantidades del alimento o del componente alimenticio, sin que se den síntomas, excepto en el caso de personas con gran sensibilidad al gluten.

Así, ante una ingesta accidental, la retirada del alimento causante basta para conseguir la remisión de los síntomas en el caso de las intolerancias. En el caso de las reacciones alérgicas es imprescindible la retirada del agente causante, y además suele ser aconsejable el tratamiento con antihistamínicos, corticoides o, en caso de riesgo grave, adrenalina (epinefrina) inyectada.

Comparte este artículo
Facebook
Twitter
LinkedIn
Últimas publicaciones