Evita los fallos al instalar baldosas

Si tu casa tiene unos cuantos años verás cómo los años pasan factura, sobre todo si tienes familia compuesta por varios hijos pequeños. Las familias suelen hacer uso intensivo de la vivienda, y no es raro que algunos elementos de la misma sufran un deterioro grave. Pero estos deterioros tienen en ocasiones fácil arreglo.

Muchas personas se animan a arreglar algunos desperfectos que tiene la casa, como por ejemplo los agujeros de las paredes. Es fácil que alguno de nuestros hijos coloque chinchetas o clavos en las paredes para colgar cuadros. Cuándo estos se quitan dejan tras de si un enorme agujero que atrae la mirada, y con masilla y pintura se arregla fácilmente.

Pero hay otros desperfectos que no son fáciles de arreglar, y se necesita llamar a especialistas para que los acabados sean buenos. Una reforma mal hecha supone un foco de atracción para miradas indiscretas que sin duda se quedarán la duda de cuánto tiempo lleva el desperfecto en ese estado.

Una de las reformas habituales en una casa es la reparación del suelo, ya que con el tiempo las baldosas tienden a desgastarse. Cambiar los suelos no es algo fácil, y esta es una de esas reformas que merecen coger el móvil y hacer una llamada a un profesional para cambiar el suelo, porque un suelo mal puesto puede suponer un riesgo para la salud de instalarse mal, debido a las caídas que se pueden producir.

Pero en cualquier caso, si eres de los que se animan con las dificultades, hoy te traemos un artículo en el que vamos a comentar cuáles son los errores más frecuentes a la hora de instalar baldosas cerámicas. Al fin y al cabo, para aprender hay que fallar, porque cuándo más aprendemos es de los errores.

La única forma de aprender es fallando

El primero de estos errores es la instalación de baldosas cerámicas sin junta de colocación, o lo que se conoce como “a hueso”. La junta de colocación debe existir siempre y debe ser, como mínimo, de 1 mm., y en mi opinión si es de 1,5 mm. mejor. Incluso, y sé que muchos no vais a estar de acuerdo conmigo, si se trata de baldosas rectificadas.

La junta de colocación no es un mero capricho estético, tiene importantes funciones técnicas como: minimizar diferencias dimensionales entre baldosas, absorber tensiones superficiales o incluso permitir la transpiración de la condensación y ayudar al fraguado del mortero cola. Pero hay un detalle que muchos pasan por alto, y es que gracias a la existencia de la junta, la sustitución de piezas rotas es mucho más sencillo y nos ahorramos posibles “retoques” en la pieza nueva.

El segundo de estos errores, es la selección del adhesivo o tipo de adherencia más adecuada para cada material cerámico. Ni el mortero tradicional lo pega todo, ni el mortero-cola se puede utilizar siempre. Si tanto el soporte como el material cerámico tienen porosidades altas, necesitaremos una adherencia mecánica (mortero tradicional), si por el contrario la porosidad de estos elementos, o de al menos, uno de ellos es media-baja, deberemos incorporar el componente químico a dicha adherencia (mortero-cola).

Y de este, pasamos al tercer error, la insistencia de colocar las baldosas a puntos. Una instalación correcta, no tiene mucho secreto. Si instalamos baldosas de porosidad media-alta con mortero tradicional, capa gruesa, pero cubriendo la totalidad de la superficie de la pieza. Y si usamos mortero-cola, capa delgada, donde el uso de la llana dentada, o peine, es obligatorio.

El cuarto, como no podía ser de otra forma, va directamente relacionado con el tercero. Nos referimos, a la insistencia de muchos, a seguir trabajando bajo el método del encolado simple en la instalación de baldosas de gran formato. Los grandes formatos deben instalarse siempre con el método del doble encolado, independientemente de si son pavimentos o revestimientos, de interior o exterior. Toda, y repito, toda baldosa cerámica con formato superior a 30×30 cm. requiere doble encolado.

Y para acabar, y en relación con el punto anterior tenemos que mencionar al desnivel entre baldosas. Este ocurre a que no se usan las herramientas de nivelación adecuadas, y es una pena porque hoy en día existen una gran cantidad de niveladores de calidad. Según la ferretería online Maor Ferretería, se puede conseguir un buen nivelador tradicional por unos 30 euros aproximadamente, un nivelador láser por 150  y los clásicos calzos de nivelación cerámica por unos 25 euros. Incluso hay kits completos de nivelación cerámica por unos 50 euros así que si quieres hacer las cosas bien hechas puedes conseguirlo por muy poco.

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