Según las clínicas dentales y algunos medios de comunicación, acudimos al dentista para cuidar el aspecto de nuestra dentadura. Nos gusta lucir una bonita sonrisa. Sube la autoestima y la autoconfianza. Nos vemos bien y los demás no ven bien. Una boca bonita refleja una boca sana. Aunque a primera vista estos tratamientos dentales tengan una orientación estética, todos implican beneficios para la salud. Estos son los tratamientos que más demanda la gente a su dentista.
El diario digital Siglo XXI publicó un artículo sobre los tratamientos de odontología más solicitados. Su contenido no difiere mucho de la información que algunas clínicas dentales comparten en su página web o en su blog. Comentamos en este artículo 5 de los tratamientos más demandados por el público.
Blanqueamiento dental.
Fumar, tomar café o beber vino de vez en cuando van amarilleando nuestra dentadura dándole una imagen descuidada, como sucia. Aunque nos cepillemos los dientes dos veces al día, producimos una sensación de abandono que para nada se corresponde con el ideal de dentadura blanca y brillante que tenemos. Para blanquear varios tonos nuestros dientes recurrimos al dentista. Una buena idea, ya que muchos de los tratamientos blanqueadores deterioran el esmalte dental.
Dos son los procedimientos que se usan en estos casos. Uno es la utilización de láser o luces led. El dentista nos aplica un gel concentrado sobre la dentadura que los rayos de luz se dedican a activar e intensificar. En pocos tratamientos podemos ver los resultados.
Otro de los métodos es la utilización de féculas personalizadas. El odontólogo nos proporciona un gel blanqueador que aplicamos en casa. Tras un estudio de nuestra boca, nos fabrica una funda a medida con la forma de la dentadura, un accesorio removible que debemos llevar durante un tiempo determinado todos los días. La fécula distribuirá de forma uniforme el gel por toda la dentadura.
El dentista conoce el estado de tu boca, te recomendará aquel tratamiento que se adapte mejor a su estado de salud y llevará un seguimiento de su evolución.
Ortodoncia invisible.
A nadie nos gusta vernos con dientes torcidos, con grandes espacios vacíos interdentales o con una dentadura inconclusa. Lo que a alguna gente le ha tirado para atrás, a la hora de seguir un tratamiento de ortodoncia, son los clásicos aparatos dentales con alambre tan antiestéticos y que dan la impresión de ser tan incómodos. Están constatados los beneficios de la ortodoncia clásica, pero los brakets nunca han contado con una simpatía generalizada.
La tecnología en este campo ha avanzado tanto, que se puede corregir la colocación de los dientes con un tratamiento completamente distinto. Menos invasivo y que pasa casi desapercibido. Se trata de la ortodoncia invisible. En ella se coloca una fécula con la forma de tu dentadura, corrigiendo los dientes mal situados hasta llevarlos a la posición adecuada. La funda se fabrica en termoplástico traslúcido al vacío partiendo de una simulación en 3D de la dentadura. Cada 15 días, y tras previo estudio, el ortodoncista cambia la fécula dirigiendo en cada etapa el proceso.
Atender a la colocación de nuestros dientes también tiene repercusión sobre nuestra salud. Ciertas anomalías en la conclusión de la dentadura, como la mordida cruzada, provoca dolores de cabeza, dolor al masticar y la aparición de enfermedades en las encías. Debemos partir de que nuestra boca es algo dinámico. Nuestros maxilares están en continuo crecimiento. Habrá momentos en nuestra vida en los que aparezcan desajustes en el encaje de la dentadura, debemos acudir a nuestro dentista para evitar que esta anomalía se desarrolle de manera inadecuada.
Implantología.
La perdida de dientes es otra cosa que nos preocupa. Más aún si se aprecia cuando abrimos la boca. Nos intimida, y nos da vergüenza hasta sonreír. Baja nuestra autoestima, no estamos contentos con nuestro aspecto y consideramos que eso afecta a nuestra relación con los demás. La falta de dientes en la adultez lo asociamos con personas descuidadas.
Algo de eso hay. Aunque los dientes se pueden caer por diferentes razones (un golpe fuerte en la boca, efectos secundarios de tratamientos médicos agresivos, etc.) la mayoría de las ocasiones se debe a no tener instaurados hábitos de higiene dental, fumar o tener una dieta no equilibrada con un exceso de consumo de azúcares. Por suerte se puede resolver.
Para eso se utiliza la colocación de implantes dentales. Unos apósitos sanitarios que sustituyen la raíz del diente perdido. Suelen estar fabricados en titanio, un metal fuerte y consistente, asimilable por nuestro organismo. Sobre el implante se colocará la prótesis o diente artificial. La colocación del implante es una pequeña operación de cirugía dental. Tras realizarlo hay que esperar un tiempo que oscila entre 3 y 6 meses para que se produzca la oseointegración. En ese periodo el implante se fusiona de forma natural con la estructura ósea de la mandíbula. El tejido gingival de las encías recubre el cuello del implante, como lo haría con la base de un diente normal.
Pasado ese tiempo se coloca la corona sobre el implante. Una prótesis fabricada a medida por un protésico dental que copia la forma que tendría el diente original en perfectas condiciones. En su fabricación se cuida hasta la tonalidad, tomando de referencia los dientes colindantes. Haciendo que pase desapercibido a la vista y que parezca un diente más dentro de la dentadura.
Carillas.
Las carillas son finas láminas que se colocan en la parte exterior del diente con una finalidad estética y restauradora. Aunque existen otras soluciones de odontología estética, en Clínica Odonthos, una clínica dental de Barcelona, nos informan que sigue siendo un tratamiento muy solicitado por el público.
Las carillas más populares son las de porcelana. Permiten corregir el aspecto del diente, cerrar espacios vacíos, restaurar fracturas, ocultar antiguos empastes y cambiar el color de la pieza dental. Para aplicarlas es necesario realizar varias visitas. En la primera de ellas se examina la zona a tratar, se saca un molde de la dentadura y se hacen fotos para determinar el color de la carilla.
La carilla es fabricada a medida en un laboratorio especial empleando un material cerámico resistente parecido al esmalte natural de los dientes. Una vez fabricadas se adhieren al diente empleando una resina especial. Las carillas fabricadas en la actualidad son tan finas que apenas requiere tocar el diente original. Su fortaleza y consistencia es igual que los modelos antiguos, que necesitaban tallar el diente para evitar el que aumentara de grosor.
Otro modelo son las carillas de composite. Estas, tras colocarlas sobre el diente, se les da forma. Se trata de una resina sintética cerámica que se talla directamente sobre el diente a cubrir, hasta adquirir la forma adecuada. En el mismo momento se fija el color. Se aplican cuando existe una pequeña anomalía, o el diente está perfecto y solo es una cuestión estética.
En ambos casos el resultado es una sonrisa perfecta, en el que las carillas colocadas no se diferencian, en cuanto a tono, color y forma, del resto de la dentadura. Este tratamiento protege y refuerza la composición original del diente.
Extracción de la muela del juicio.
La razón que históricamente siempre nos ha llevado a visitar al dentista ha sido el dolor de muelas insoportable. La irrupción de la llamada muela del juicio marca el fin del reemplazo dental. La sustitución de las muelas de leche por la dentadura definitiva. Su emergencia puede aparecer rodeada de molestias que llegan a irradiarse a la garganta y al oído, convirtiéndose en una fuente de malestar tal, que es recomendable su extracción.
Con frecuencia, la muela del juicio no tiene espacio para salir. Por lo que empuja al resto de los dientes para intentar hacerse con un hueco. En su intento puede quedar enquistada en la encía o salir torcida. La presión que ejerce sobre las muelas adyacentes afecta a su raíz, generando una zona irritada.
La colocación poco accesible de esta muela dificulta su limpieza con el cepillado, por lo que es normal que sufra caries antes de que termine de salir. Esta caries se traspasa a los molares adyacentes convirtiendo la muela en un foco de infección. Si la muela de juicio está atascada o retenida, la infección puede evolucionar en pericoronitis. Una enfermedad inflamatoria que ataca a los tejidos blandos que la rodean. La encía pegada a la muela del juicio se muestra inflamada y enrojecida.
Los síntomas que aparecen en los casos graves son dolor al masticar, tragar o hablar. Cuesta abrir la boca con normalidad. El dolor se traspasa al oído, episodios de halitosis (mal aliento) y padecer un estado febril.
El 90% de la población pasa por situaciones problemáticas en la salida de algunas de sus muelas del juicio.
Aunque pueda parecer que la gente solo va al dentista para mejorar su aspecto o cuando sufre mucho dolor, en la medicina bucodental salud y estética no están enfrentadas. Cada uno de estos 5 tratamientos corrige o previene enfermedades que pueden afectar a nuestros dientes y/o nuestras encías.